Rafael Sanzio: "La Escuela de Atenas", 1509-1510. Arte del Renacimiento. Cinquecento. Sala de la Signatura, Vaticano. |
"La escuela de Atenas" no sólo es una obra de arte extraordinaria desde el punto de vista técnico y estético sino que es un verdadero cuadro histórico en el que la Antigüedad clásica y el Renacimiento se dan la mano. El arte, la filosofía y la ciencia se encuentran en un espectacular escenario renacentista. Realizado por Rafael Sanzio a principios del siglo XVI.
BAJO EL MECENAZGO JULIO II Uno de los rasgos característicos del Renacimiento fue la aparición de la figura del mecenas, personaje con posibilidades económicas, de la nobleza, iglesia o alta burguesía que protegía a los artistas y les hacía encargos para sus palacios o iglesias.
"La Escuela de Atenas" fue pintada por Rafael en 1509-1510 por encargo del Papa Julio II para realizar un proyecto integral de renovación de sus estancias personales: la decoración de la ESTANCIA DE LA SIGNATURA convertida en su biblioteca privada. Fue el arquitecto Bramante el que aconsejó al Papa la elección de Rafael para realizar la obra. Pintura realizada al fresco sobre una de las paredes de la Estancia que sustituye la realizada por Pinturicchio para el Papa Alejandro VI.
Las cuatro estancias, llamadas de Rafael, eran parte de los aposentos situados en el segundo piso del Palacio Pontificio, escogidos por Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) para su residencia personal y utilizada también por sus sucesores. La decoración pictórica fue realizada por Rafael y sus discípulos entre 1508 y 1524 y supone el comienzo del pleno Renacimiento.
Las cuatro estancias, llamadas de Rafael, eran parte de los aposentos situados en el segundo piso del Palacio Pontificio, escogidos por Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) para su residencia personal y utilizada también por sus sucesores. La decoración pictórica fue realizada por Rafael y sus discípulos entre 1508 y 1524 y supone el comienzo del pleno Renacimiento.
PROGRAMA ICONOGRÁFICO DE LA ESTANCIA DE LA SIGNATURA
RENACE EL SABER DE LA ANTIGÜEDAD
El saber racional como principio de la mentalidad antropocéntrica de los siglos XV y XVI se muestra a través de sus protagonistas. Los intelectuales del Renacimiento vuelven su mirada hacia la polis ateniense, centro del conocimiento del mundo antiguo, para avanzar reformulando y transformando sus teorías. La atención del artista se dirige, en especial, a la FILOSOFÍA GRIEGA. Platón y Aristóteles vertebran el cuadro y a su alrededor los grandes artífices de esa gran "escuela del conocimiento" que fue Atenas.
RAFAEL ENLAZA EL MUNDO CLÁSICO CON EL RENACIMIENTO
En la obra están representadas las siete artes liberales. En primer plano, a la izquierda: Gramática, Aritmética y Música, a la derecha: Geometría y Astronomía y en lo alto de la escalinata Retórica y Dialéctica. Junto a los filósofos aparecen astrónomos, químicos, geógrafos, matemáticos...Rafael rinde homenaje al saber, a los padres del pensamiento, pero enlaza el saber de la Antigüedad con el Renacimiento situando en dos nichos del templo renacentista a Apolo y Atenea y toma de modelo a personajes públicos de la época, como Leonardo da Vinci encarnando tanto a Platón o Miguel Ángel como Heráclito. Es un modo de subrayar la contnuidad entre el presente renacentista y el mundo clásico antiguo. La obra es un verdadero discurso racional.
Pitágoras personaliza los valores de la Aritmética y la Música. Parece escribir sus teorías en un libro de acuerdo a las anotaciones que en una pizarra sostiene Telange, uno de sus discípulos.
ASPECTOS TÉCNICOS
TÉCNICA: pintura mural al fresco
LA PERSPECTIVA
Rafael aplica a la obra la perspectiva lineal por influencia de Leonardo da Vinci. Fue uno de los hallazgos técnicos del Renacimiento para representar la profundidad sobre una superficie plana. Basada en la pirámide visual en la que los elementos del cuadro se relacionan con un punto de convergencia. Se observa un solo punto de fuga que coincide con el centro del arco, sobre las cabezas de Platón y Aristóteles.
LA LUZ Y EL COLOR
La luz proviene de la parte superior del cuadro. Se trata de una luz diáfana que ilumina toda la composición. Los colores son suaves y armoniosos. Los contrastes de luces y sombras son equilibrados y en ellos se aprecia la influencia de Leonardo. Utiliza el color para definir formas y volúmenes, técnica que recuerda el "sfumato" de Leonardo.
LA COMPOSICIÓN Y EL CÁNON
De una gran simetría, los arcos de medio punto situados en el centro y el modo de distribuir los personajes, en grupos compensados, a partir de un gran eje axial que divide el cuadro en dos partes iguales, equilibran la composición.
Los rostros están individualizados, serenos, bellos en su senectud y muy clásicos. Variedad de gestos. Influencia de Miguel Ángel en la monumentalidad de sus lienzos y figuras de complicados escorzos. Cánon clásico en sus proporciones.
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